Te peleas con tu pareja porque estás cansada de oírle decir que entre semana no se limpia y que los fines de semana son para descansar. Harta de sus excusas terminas haciendo todas las tareas de la casa tú sola y explotas. Para colmo luego quiere hacer las paces con algún que otro restregón pero sin nombrar a las pelusas que otra vez acabas de quitar solita.
Ahora que estás calentita, gritas a tu hijo o al vecino porque le has dicho por enésima vez que recoja su cuarto o que no deje la basura en el pasillo que hay muchas hormigas y a ambos les entra por un oído y les sale por el otro.
Llegas al trabajo y tu jefa te habla mal, te reprocha que falta documentación por entregar y que o lo terminas hoy o te llevas el trabajo a casa en el fin de semana.
Entre llamada y correo te saltan 148 notificaciones del grupo de WhatsApp del cole preguntando si alguien se ha llevado el tupper de su hijo y sus correspondientes «el mío no».
Para rematar la faena te llama tu amigo contándote sus penas, que no sabe si dejar a su mujer y salir corriendo con la amante o seguir jugando a tener dos familias felices.
Llegas a casa y mientras te quitas la ropa para ponerte la batilla de faena te miras en el espejo y no te gusta lo que ves.
Escuchas una voz que viene de la cocina “ven, ven, que yo te ayudo a sentirte mejor”, es tu nevera esperándote para darte el premio de consolación.
Soy Carolina Herrera, gemela de la diseñadora pero se más de mujeres que ella de ropa.
Te acompaño para:
– Que tus emociones no te lleven a maltratarte con la comida hinchándote como un pavo de Navidad.
– Que sepas construir un traje de acero para que aunque te griten, desprecien o reprochen, aprendas a poner límites para que te resbale como el aceite sin hacerte daño.
– Que domines tu conversación interior para que solo escuches mensajes de “soy fuerte”, “me encanta lo que hago”, “me respeto” o, “vivo más tranquila que el Dalái Lama”.
Si nada de esto te parece interesante, olvida todo lo que has leído.
Abre la nevera, date el atracón y mañana a seguir sufriendo, total un día más que menos qué más da, ya para cuando lleguen los 60 años aprenderás o no.
Para todas las demás, escribo un correo cada sábado a las 10 am con un consejo, experiencia o historia para que dejes de comerte tus emociones, te suscribes aquí abajo.
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