Ahí no está lo que buscas

Abre bien las orejas.

Échate agua en los ojos.

Lee varias veces si hace falta.

 

Hablo de TRANQUILIDAD.

 

Podría empezar soltándote un rollo de que me dedico a trabajar la comunicación verbal y no verbal para que entiendas lo que expresan tus palabras, la posición de tu cuerpo, de tus hombros, tus manos, tu mirada, tu comportamiento, tus salidas de tono, tus relaciones y tus silencios y todo lo que me dice sobre tu vida que desconozco.

De las características de libro, de MBA, de titulaciones o de descargables sobre liderazgo.

Soltarte un listado de palabras raras de experta para convencerte de que aunque el refrán diga que con salud, dinero y amor todo está bien tienes una extraña sensación de que algo va mal pero que te da tanto miedo que no puedes pararte a sentirlo.

Darte la paliza con que lo que tienes que hacer es transitar tus emociones, hacer mindfulness, empapelar la casa con post-it afirmativos y visualizar la vida que quieres para poder hacer las paces con tu niño interior.

Podría decirte eso y te quedarías igual.

Porque son palabras modernas pero vacías.

 

Hablo de tranquilidad o lo que es lo mismo liderazgo o lo que es lo mismo vida.

 

Si te pregunto qué tal estás me dirás que bien, con un buen trabajo, una familia adorable, una situación acomodada y que sueles hacer barbacoas los fines de semana.

Se supone que tienes todo lo que te han contado para ser feliz pero te acuestas cada noche con la sensación de que te falta algo. Que te sientes solo aun cuando estás rodeado de gente.

Y eso no te gusta nada y lo tapas: con trabajo, sobre todo con mucho trabajo.

Te das cuenta cuando te resulta más sencillo saber qué quieren tus clientes que tus hijos.

Cuando estás más cómodo hablando con los proveedores que con tu pareja.

Duele demasiado saber que eres reconocido a nivel profesional y un perfecto desconocido para tu familia.

Esto te da tanto miedo que corres para no darte cuenta.

Entonces te escondes en tu traje, tus reuniones, tus viajes, tus agendas repletas de citas.

 

Hablo de tranquilidad y no de felicidad.

 

De la tranquilidad de aceptar que vas a sentir miedo desde que naces hasta que mueres.

Y de la tranquilidad de no andar buscando excusas y llenando vacíos para no sentirlo.

También hablo de que aprendas a venderte en tu casa para poder vivir tranquilo.

Porque aunque seas un líder profesional primero debes serlo en tu familia.

 

También hablo de vida.

 

Hablo de que lo más realista que puedes buscar en la vida es estar tranquilo.

Y que tu tranquilidad no está donde estás buscando ahora.

 

Pero vamos a lo que vamos.

 

Si has leído todo esto y te suena a panfleto religioso, crees que soy una nueva moderna vende yerbas new feminista empoderada no tiene sentido que llenes tu bandeja de entrada con mis historias. No te apuntes.

Lo aclaro para que luego no denuncies mis correos como spam y ahorrarte mucha ira.

De lunes a viernes te despierto con una historia con consejos para que aprendas a liderar a tu mejor equipo: tu familia. O para que estés tranquilo, o para vivir, que es lo mismo.

Día que no estás oportunidad que te has perdido para siempre. Tu equipo lo notará.

Si quieres unirte a las personas que están dejando de correr de la vida y a reconocer que el liderazgo empieza en casa te apuntas abajo: